Irán instó ayer a Estados Unidos a que no obligue a enfrentar a ambos países por el programa de Teherán de enriquecimiento nuclear. Las declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores surgieron en medio de tensiones crecientes que dejaron la puerta abierta a un nuevo conflicto en Medio Oriente. Ali Akbar Salehi dijo contar con información de que el premier israelí, Benjamín Netanyahu, estuvo buscando apoyo dentro de su país para atacar a Irán.
Según el diario The Guardian, el ministro de defensa israelí, Ehud Barak, viajó a Londres para mantener charlas con altos funcionarios británicos acerca de la posibilidad de un ataque. El ejército de Israel aprobó la semana pasada un misil de largo alcance capaz de transportar una ojiva nuclear para bombardear a Irán. Israel, que no firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear, insiste en que Irán intenta obtener armas nucleares con su programa y Teherán asegura que tiene fines energéticos.
A diferencia del país persa, Israel nunca recibió inspecciones ni amenazas de sanciones por parte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), dependiente de la Organización de las Naciones Unidas.
Las tensiones llevaron a la OTAN a admitir el martes que no participarían de ninguna incursión bélica y provocaron los dichos de Salehi, quien insistió en que cualquier ataque que provenga de Israel o Estados Unidos conllevaría acciones retaliativas. También acusó a Estados Unidos de temerario. “Estamos preparados para lo peor, pero esperamos que lo piensen dos veces antes de ponerse en un sendero de enfrentamiento con Irán”, desafió el alto funcionario. Otro funcionario que salió a cruzar a Estados Unidos fue el jefe de la Junta de Estado Mayor iraní, Hasan Firuzabadi, quien amenazó con duras represalias.
La presión sobre Irán se fue acrecentando desde que surgieron acusaciones de un supuesto plan de asesinato frustrado al embajador saudí en Washington, urdido por Teherán. La Casa Blanca insiste con las acusaciones, mientras que del otro lado lo niegan taxativamente.
El episodio se sumó a las preocupaciones de Estados Unidos por el programa iraní de enriquecimiento nuclear y el clima beligerante que impera en la región. El ministro de defensa, Ehud Barak, fue sindicado como uno de los que presionan para atacar preventivamente a Irán. El martes estuvo en Londres manteniendo charlas con el asesor de seguridad nacional del premier David Cameron, Peter Ricketts; el ministro de Relaciones Exteriores, William Hague, y el nuevo secretario de Defensa, Philip Hammond. Hague dijo que la reunión les había dado la chance de discutir asuntos en común, tales como la amenaza que representaba el programa nuclear de Irán. Downing Street dijo que se barajaban todas las opciones a menos que Teherán deponga su plan de enriquecimiento nuclear.
Sin embargo, algunos sectores militares estarían virando de planes de contingencia hacia acciones concretas, tales como reclutar submarinos de la Armada Real equipados con misiles Tomahawk. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, pidió esfuerzos tendientes a resolver la crisis. Insistió en que la OTAN no sería arrastrada a ninguna incursión militar. “Quiero enfatizar en que no tenemos intención alguna de intervenir en Irán y que no hemos conformado una alianza en este asunto”, dijo. Villy Sovndal, la nueva ministra de Exteriores danesa, dijo que no existían circunstancias por las cuales unirse en una campaña militar en contra de Irán, como sí lo hicieron en Libia y Afganistán. “La diferencia entre ambos es que no podría imaginar una resolución de Naciones Unidas en contra de Irán. No habría apoyo regional. Sería una de las incursiones militares más difíciles de hacer”, admitió.
Mientras tanto, en Israel cuatro de cada cinco personas esperan que el ejército ataque a Irán para entrar en guerra contra Hamas y Hezbollah, según una encuesta divulgada ayer. El informe fue publicado por el diario Haaretz luego de la prueba misilística del miércoles y la revelación militar de que tres escuadrones de aviones F16 realizaron ejercicios en Sardinia la semana pasada. Ayer, esa área de Tel Aviv fue escenario de prácticas con cohetes. Los ejercicios aéreos conjuntos con Italia renovaron el debate en Israel acerca de si un ataque a Irán es conveniente o no.
El jefe del Estado Mayor, el general Benny Gantz; el director del Mossad, Tamir Pardo; el jefe de la inteligencia militar, general Aviv Kochavi, y el jefe del Shin Beth (seguridad interior), Yoram Cohen, están en contra de una operación en Irán. El ministro de Defensa dijo el martes ante la Knesset (Parlamento) que la posibilidad de un ataque era latente. “Puede crearse una situación en el Medio Oriente en la que Israel tenga que defender sus intereses vitales de forma independiente, sin tener que apoyarse necesariamente en fuerzas regionales o extrarregionales”, dijo Barak. Aunque la Casa Blanca se niegue a hablar del tema, en Israel el asunto ya se hizo público.
Fuente: Página12
Según el diario The Guardian, el ministro de defensa israelí, Ehud Barak, viajó a Londres para mantener charlas con altos funcionarios británicos acerca de la posibilidad de un ataque. El ejército de Israel aprobó la semana pasada un misil de largo alcance capaz de transportar una ojiva nuclear para bombardear a Irán. Israel, que no firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear, insiste en que Irán intenta obtener armas nucleares con su programa y Teherán asegura que tiene fines energéticos.
A diferencia del país persa, Israel nunca recibió inspecciones ni amenazas de sanciones por parte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), dependiente de la Organización de las Naciones Unidas.
Las tensiones llevaron a la OTAN a admitir el martes que no participarían de ninguna incursión bélica y provocaron los dichos de Salehi, quien insistió en que cualquier ataque que provenga de Israel o Estados Unidos conllevaría acciones retaliativas. También acusó a Estados Unidos de temerario. “Estamos preparados para lo peor, pero esperamos que lo piensen dos veces antes de ponerse en un sendero de enfrentamiento con Irán”, desafió el alto funcionario. Otro funcionario que salió a cruzar a Estados Unidos fue el jefe de la Junta de Estado Mayor iraní, Hasan Firuzabadi, quien amenazó con duras represalias.
La presión sobre Irán se fue acrecentando desde que surgieron acusaciones de un supuesto plan de asesinato frustrado al embajador saudí en Washington, urdido por Teherán. La Casa Blanca insiste con las acusaciones, mientras que del otro lado lo niegan taxativamente.
El episodio se sumó a las preocupaciones de Estados Unidos por el programa iraní de enriquecimiento nuclear y el clima beligerante que impera en la región. El ministro de defensa, Ehud Barak, fue sindicado como uno de los que presionan para atacar preventivamente a Irán. El martes estuvo en Londres manteniendo charlas con el asesor de seguridad nacional del premier David Cameron, Peter Ricketts; el ministro de Relaciones Exteriores, William Hague, y el nuevo secretario de Defensa, Philip Hammond. Hague dijo que la reunión les había dado la chance de discutir asuntos en común, tales como la amenaza que representaba el programa nuclear de Irán. Downing Street dijo que se barajaban todas las opciones a menos que Teherán deponga su plan de enriquecimiento nuclear.
Sin embargo, algunos sectores militares estarían virando de planes de contingencia hacia acciones concretas, tales como reclutar submarinos de la Armada Real equipados con misiles Tomahawk. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, pidió esfuerzos tendientes a resolver la crisis. Insistió en que la OTAN no sería arrastrada a ninguna incursión militar. “Quiero enfatizar en que no tenemos intención alguna de intervenir en Irán y que no hemos conformado una alianza en este asunto”, dijo. Villy Sovndal, la nueva ministra de Exteriores danesa, dijo que no existían circunstancias por las cuales unirse en una campaña militar en contra de Irán, como sí lo hicieron en Libia y Afganistán. “La diferencia entre ambos es que no podría imaginar una resolución de Naciones Unidas en contra de Irán. No habría apoyo regional. Sería una de las incursiones militares más difíciles de hacer”, admitió.
Mientras tanto, en Israel cuatro de cada cinco personas esperan que el ejército ataque a Irán para entrar en guerra contra Hamas y Hezbollah, según una encuesta divulgada ayer. El informe fue publicado por el diario Haaretz luego de la prueba misilística del miércoles y la revelación militar de que tres escuadrones de aviones F16 realizaron ejercicios en Sardinia la semana pasada. Ayer, esa área de Tel Aviv fue escenario de prácticas con cohetes. Los ejercicios aéreos conjuntos con Italia renovaron el debate en Israel acerca de si un ataque a Irán es conveniente o no.
El jefe del Estado Mayor, el general Benny Gantz; el director del Mossad, Tamir Pardo; el jefe de la inteligencia militar, general Aviv Kochavi, y el jefe del Shin Beth (seguridad interior), Yoram Cohen, están en contra de una operación en Irán. El ministro de Defensa dijo el martes ante la Knesset (Parlamento) que la posibilidad de un ataque era latente. “Puede crearse una situación en el Medio Oriente en la que Israel tenga que defender sus intereses vitales de forma independiente, sin tener que apoyarse necesariamente en fuerzas regionales o extrarregionales”, dijo Barak. Aunque la Casa Blanca se niegue a hablar del tema, en Israel el asunto ya se hizo público.
Fuente: Página12
No hay comentarios:
Publicar un comentario