Tras el colapso de la Alemania nazi y finalizada la 2ª Guerra Mundial, Estados Unidos desarrolló una operación secreta, conocida con el nombre de “Paperclip”, que consistió en ayudar a huir y reclutar a todos aquellos nazis que les pudieran ser de utilidad.
El objetivo principal de la operación fueron los científicos, entre los que destacó Werner Von Braun, y los militares y ex agentes de inteligencia procedentes de la Abwehr, la Gestapo y las SS.
Uno de los grupos, encabezado por el general nazi Reinhard Gehlen, llegó a iniciar las negociaciones con los norteamericanos, incluso antes de la muerte de Hitler.
A los nazis que decidieron pasar al bando estadounidense (muchos de los cuales eran responsables de
atroces crímenes de guerra), se les proporcionó identidades nuevas y se les puso en la nómina de la OSS y la CIA, a cambio de su colaboración. Sus amigos y camaradas también recibieron ayuda para que escapasen a Argentina y otros lugares seguros en América Latina. Josef Mengele, "el Ángel de la Muerte", conocido por sus experimentos con seres humanos en Auschwitz, que ocasionaban la muerte de éstos en la mayoría de los casos, fue uno de los grandes beneficiados por esta operación y vivió en la impunidad en diferentes países de América Latina (probablemente colaborando con sus diferentes gobiernos dictatoriales proyanquis) hasta su muerte en 1979.
Con el reclutamiento de cientos de criminales nazis, toneladas de archivos y de documentación cayó en manos de la CIA, incluyendo aquellos documentos que se referían a los espantosos experimentos médicos que se realizaron en Dachau y otros campos de concentración y exterminio.
De esta forma Estados Unidos también heredó toda la estructura de los servicios de inteligencia del nazismo en Europa, muy útil en su posterior guerra fría contra la Unión Soviética y responsable de multitud de acciones de sabotaje contra los países encuadrados en el Pacto de Varsovia (entre ellas, secuestros y asesinatos selectivos de destacadas figuras de la Europa Oriental). Esta fue una de las causas principales (ignorada conscientemente por occidente) por la cual Alemania Oriental se vio obligada a levantar el Muro de Berlín.
Este hecho muestra, mejor que ningún otro, la proximidad ideológica entre la Alemania nazi y la América capitalista, y que el objetivo de su intervención en Europa, durante la 2ª Guerra Mundial, lejos de ser el de conseguir la derrota definitiva del fascismo, fue el de poner freno al avance y a la influencia de las ideas comunistas de la URSS sobre el resto de países europeos, pues de no haber intervenido EE.UU. probablemente, tanto Francia como Italia o Alemania occidental, donde la resistencia antifascista estuvo encabezada por los Partidos Comunistas de estos países, se habrían decantado por una forma de gobierno y un modelo económico muy diferentes a la que posteriormente tuvieron.
También el Vaticano ayudó a huir de Europa a multitud de nazis y a evitar con ello que fueran juzgados ante tribunales internacionales por crímenes contra la humanidad. Sólo el obispo Hudal, un conocido prelado pronazi (informante de la Abwehr durante la guerra), facilitó pasaportes de la Cruz Roja, billetes y visados a cientos de nazis, para América Latina, donde muchos de ellos se convirtieron en importantes asesores militares de las dictaduras proyanquis de corte fascista. Klaus Barbie, "el carnicero de Lyon", que fue ayudado a escapar hacia Bolivia por monseñor Draganovic, colaboró activamente en las diferentes dictaduras militares que tiranizaron este país latinoamericano.
Fuente: antimperialista
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