21 jul 2011

Cebrián y PRISA manipulan el 15M para adelantar las elecciones y permitir reformas neoliberales



Fotografiado a la salida de una reunión del grupo Bilderberg. Bajo su apariencia de hombre de izquierdas y director del Diario Independiente de la mañana más leído de EspañaJuan Luis Cebrián es un Bilderberg activo y comprometido con la causa de los que dirigen este mundo:

ha asistido a 13  reuniones del grupo Bilderberg (1) y desde 2001 no ha faltado a ninguna, lo que significa que apoya activamente las ideas y proyectos del grupo, porque si no, no lo volverían a invitar tantas veces.


El último artículo de Cebrián del pasado 18 de julio es la prueba de que el pueblo español está siendo manipulado y utilizado a través de la ingeniería social del movimiento  indignados/15M para permitir la instauración de medidas neoliberales, abriendo paso a un gobierno económico mundial. Consiste en crear un problema social que provoque una reacción de manera que sea la sociedad la que pida las medidas que se buscaban imponer en origen.


El movimiento  indignados/15M es un fenómeno social sin precedente en nuestra historia occidental contemporánea. Será sin lugar a duda estudiado en el futuro en las facultades de historia, economía, sociología y psicología como una de las mayores manipulaciones de las sociedades democráticas a través de los mass media y las redes sociales. 


Esta manipulación de las masas es una auténtica joya de la conocida en los círculos Bilderberg como ingeniería social, una técnica creada en la Universidad de Harvard y la Fundación Rockefeller. El método es problema/reacción/solución y consiste en crear un problema social que provoque una reacción de manera que sea la sociedad la que pida las medidas que se buscaban imponer en un principio. Algo parecido ocurrió en la Alemania nazi, pero entonces era más burdo. Ahora es mucho más sofisticado, es casi imperceptible. Debo decir que el estudio del documento Armas silenciosas para guerras tranquilas (2)  que explica muy bien lo que es la ingeniería social, proporciona una mirada privilegiada para desentrañar las manipulaciones a las que estamos siendo sometidos en estos últimos meses.


En su editorial de ayer 18 de julio de 2011 (un día simbólico en España donde los haya) Juan Luis CEBRIAN y sus secuaces han redactado un virulento mensaje al límite del insulto hacia el gobierno español y que utiliza desvergonzadamente el movimiento de los indignados para exigir el adelanto de las elecciones generales. Aparentemente incomprensibles en un medio supuestamente de izquierdas, los propósitos de CEBRIAN son facilitar la llegada a las reformas neoliberales.


Para entender mejor la estrategia de CEBRIAN conviene recordar el comunicado del presidente de la Asamblea General de la ONU, Joseph  DEISS el 4 de julio pasado en Nueva York (el 4 de julio en EEUU es como el 18 de julio en España). La fuente es la web oficial de la ONU (3)  La negrita es mía.


4 de julio de 2011. El presidente de la Asamblea General de la ONU, Joseph Deiss ha asegurado que el movimiento de los indignados pone de relieve la necesidad de crear un gobierno mundial.

En una intervención ante el Consejo Económico y Social reunido en ginebra, Deiss señaló que es necesario preguntarse ¿cómo asegurar que la educación de traduce en integración en el mercado laboral?

La respuesta a esa pregunta es la creación de un sistema de gobierno económico mundial.

"En los comienzos del siglo XXI nos encontramos ante la necesidad de lidiar con desafíos globales y hallar el equilibiro entre el mundo más sostenible y el crecimiento económico", expresó Deiss.

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Esta declaración de Deiss en la ONU relaciona directamente el movimiento de los indignados con la necesidad de creación de un gobierno económico mundial pues los gobiernos de estos países demuestran ser incapaces de educar, integrar, dar trabajo a los ciudadanos y "lidiar con los desafíos globales". 


En otras palabras, la indignación de los ciudadanos está siendo utilizada para instaurar un gobierno económico mundial destruyendo los estados soberanos. Los líderes de este gobierno económico mundial, como todos los líderes de la ONU o la OTAN o el FMI o el Banco Mundial, no serán elegidos sino nombrados por los mismos que nombran a los presidentes de estos organismos internacionales y supranacionales, es decir la oligarquía politico-financiera que dirige el mundo.


Analicemos primero el EDITORIAL, indigno de un diario que se anuncia como independiente (4)  :


1. Ya en el primer párrafo del editorial se tilda a Zapatero de informal,  irresponsable, culpable de todos los males, de la crisis, del paro, del desastre  en el peor estilo PP que se pueda imaginar. Esta es una de las ideas centrales de Bilderberg y tìpico del ideario 15M: los políticos son unos mentirosos, irresponsables y corruptos. 
Un poco más abajo insiste:
"su incapacidad en la gestión, los magros resultados de las reformas apenas incoadas, más el lastre y la impotencia de una legislatura agónica auguran un deterioro imparable al que resulta imprescindible poner fin cuanto antes"
parece que estemos oyendo a Dolores de Cospedal.


2. El gran argumento del redactor y que es una manipulación es afirmar que los movimientos de indignados son la prueba de lo mal que lo ha hecho Zapatero, cuando de todos es sabido que los indignados lo están con el sistema capitalista depredador, que la crisis se gestó desde la burbuja inmobiliaria que se infló con los dos mandatos de Aznar, se ha generado en las bambalinas de Wall Street y que ZP ha obedecido cual títere a las órdenes de Bruselas, dictadas por personajes que nadie ha elegido.


3. Prosigue No podemos responsabilizar de todos los males a nuestras autoridades. Una parte no menor de nuestras aflicciones tiene su origen en Europa y se necesitan po ello soluciones que trasciendan las fronteras nacionales" Aquí el redactor recoge velas. No sólo ZP, Europa también es culpable de nuestros males. Recordemos que la destrucción planificada de Europa ha sido un de los temas discutidos en la última reunión Bilderberg el pasado junio en Suiza. Las "soluciones que trascienden las fronteras nacionales" se acercan a las soluciones globales que propone DEiss y pide Cebrián en el artículo que veremos a continuación.


 Ahora pasemos a analizar el artículo de CEBRIAN: (5)


1. En el primer párrafo se presenta como un hombre de izquierdas que se reúne con intelectuales y gente libre y de buenas costumbres,  como hace Hessel presentando su pedigree nada más empezar.


2. También se reúne con empresarios y gente de derechas. Ambos lados están indignados por la situación de España y desean un cambio ya. Todo esto recuerda extrañamente los lemas del  15M. 


3. "En el norte de África y Cercano Oriente comienza a cuajar en guerras civiles larvadas, o no tan larvadas, como las de Libia y Siria".  Señor Cebrián, Libia y Siria están soportando unas guerras civiles provocadas, inducidas, manipuladas y Usted lo sabe.  Y en el caso de Libia es todavía peor pues está siendo bombardeada por la OTAN y por España.
Millones de Libios se manifiestan en contra de los bombardeos humanitarios de la OTAN y esta información es evitada por los mass media.
(1)leer más http://escuadronesporlaverdad.com/index.php?title=Bilderberg


(2) Este texto es fundamental para entender lo que está pasando en la actualidad y debería ser de lectura y estudio obligatorios para todos los profesionales de la información, políticos, intelectuales y ciudadanos que quieren entender lo que está pasando. El periodista que lo divulgó, Bill Cooper fue asesinado. Leer el texto original:  http://www.syti.net/ES/SilentWeapons.html


(3)fuente.:http://www.un.org/spanish/News/fullstorynews.asp?newsID=21304&criteria1=desarrollo&criteria2=educacion

(4) EDITORIAL


Final de ciclo

Si Zapatero quiere rendir un último servicio a su país debe abandonar el poder cuanto antes

18/07/2011

Gestionar el final de un ciclo de gobierno no resulta tarea fácil para ningún gobernante y las circunstancias por las que atraviesa España en la actualidad no contribuyen ciertamente a allanar ese cometido. Desde que el presidente del Gobierno desatara las dudas sobre su continuidad en un comentario tan informal como irresponsable a finales del año pasado, los acontecimientos se han precipitado. Para peor. A la fecha nos encontramos con un país amenazado de ruina (atrapado en la vorágine de los mercados financieros desatada sobre Europa), sin perspectiva, con serios problemas de cohesión social y aun territorial, en el que cunde la desilusión entre los ciudadanos sin distinción de ideologías o de clase social. Existen motivos más que fundados para la intranquilidad, patente desde luego tanto en las manifestaciones de los indignados como en los resultados electorales de los recientes comicios.

Las turbulencias en los mercados de deuda se han cebado en España con una intensidad que no solo amenaza con estrangular las finanzas públicas, sino que asfixia también desde hace tiempo a empresas de todo tamaño al encarecer su financiación, enterrando la perspectiva de una pronta recuperación económica. El sendero hacia la nada por el que se precipitaron con anterioridad Grecia, Irlanda y Portugal viene siendo recorrido a trompicones también por España, pese a las bienintencionadas declaraciones de las autoridades o los anuncios continuados de iniciativas y reformas que devienen luego ineficaces por su falta de ambición inicial, o sus demoras y continuos retardos, como es el caso del sector financiero, cuya urgencia aconsejaba una diligencia extrema en su resolución. Ni el Gobierno ni el Banco de España han sido consecuentes con ello.

Sería injusto responsabilizar de todos los males a nuestras autoridades. Una parte no menor de nuestras aflicciones tiene su origen en Europa y se necesitan por ello soluciones que trasciendan las fronteras nacionales. Pero es imposible no reconocer la parvedad de la aportación española a esas soluciones. Más allá de la impotencia de Europa para solventar sus problemas, la pérdida de confianza en la gestión de José Luis Rodríguez Zapatero parece irreversible y el creciente escepticismo sobre la gobernabilidad española en las circunstancias actuales amenaza con acrecentar nuestros males. La crisis no es solo económica, sino también, y acaso sobre todo, política.

Hace ya mucho que las respuestas del presidente del Gobierno a los desafíos a los que se enfrenta España apenas merecen crédito alguno por parte de los ciudadanos. Las encuestas lo venían demostrando de forma consistente (una reciente coloca al Gobierno del Estado como la institución peor valorada de una lista de 39), y el escepticismo y el desconcierto fueron rubricados por el descalabro de los socialistas en las pasadas elecciones, al tiempo que crecía la contestación en la calle.

Más allá de cualquier consideración sobre el origen de las protestas del 15-M, sobre su legitimidad o sus intenciones, resulta evidente que el aprecio que han merecido por parte de la opinión trae causa del profundo malestar en el que se ha sumido el conjunto de un país con cinco millones de parados, en el que 300.000 familias han perdido sus casas en los últimos tres años, y en el que su primer gobernante es incapaz de ofrecer ninguna esperanza razonable de alivio a sus angustias.

Rodríguez Zapatero dispone de toda la legitimidad y todo el derecho para terminar la legislatura si así lo quiere y nada en las leyes le obliga a disolver las Cámaras. Pero tras el anuncio, hecho en marzo, de que no concurrirá de nuevo a las elecciones, este periódico sostuvo que sus propósitos de agotar la legislatura solo eran moral y políticamente justificables a condición de que culminase las reformas imprescindibles que asegurasen la estabilidad necesaria, política y económica, para que el país afrontara el periodo electoral en las mejores condiciones posibles. Esa condición no se ha cumplido. Aún peor: su incapacidad en la gestión, los magros resultados de las reformas apenas incoadas, más el lastre y la impotencia de una legislatura agónica auguran un deterioro imparable al que resulta imprescindible poner fin cuanto antes. A este respecto, la fecha sugerida por algunos dirigentes socialistas para celebrar elecciones (finales de noviembre) es del todo tardía. Si de verdad Rodríguez Zapatero quiere rendir un último servicio a su país, debe hacerlo abandonando el poder cuanto antes y reconociendo la urgencia de que nuestro Gobierno recupere la credibilidad perdida. Los españoles en su conjunto, y los votantes socialistas en particular, se lo agradecerán.
(5)

Esta insoportable levedad

Zapatero debe anunciar cuanto antes un calendario creíble para el proceso electoral


Hace poco más de un mes asistí en Madrid a varios debates entre intelectuales, políticos, empresarios y ciudadanos del común. A pesar de reunir muy diferente y variopinta asistencia, en todos ellos tuve ocasión de comprobar el singular sentido de ánimo de la sociedad capitalina (creo que la española en general) ante lo que podríamos llamar, parodiando a Kundera, la insoportable levedad del devenir de España. Dos de esos actos estaban relacionados directamente con la recuperación de la memoria colectiva. Uno fue organizado por laAsociación de Defensa de la Transición y el otro, por la Fundación Fernando Abril Martorell, que otorgaba el Premio de la Concordia a Antonio Muñoz Molina. Salvo el incombustible Enrique Múgica y yo mismo, creo que prácticamente no hubo coincidencias entre los presentes en ambas ocasiones. Sin embargo, resultaron tan evidentes la convergencia de actitudes y lo similar de las preocupaciones allí expresadas, que bien puede entenderse que reflejaban un verdadero estado de opinión. Gentes de derechas, de centro y de izquierdas, antiguos comunistas y viejos franquistas arrepentidos, católicos fervientes y ateos recalcitrantes, mujeres, hombres, profesores, jueces, militares, diputados, periodistas e intelectuales, reclamaban, con la serena parsimonia de su experiencia y la firmeza de su convicción, una recuperación del consenso y el pacto como únicas vías para salir del agujero en el que parece hundirse la sociedad española.
Por los mismos días me reuní en un par de escuelas de negocios con jóvenes empresarios y directivos, la mayoría de ellos bien instalados, y con otros profesionales y universitarios víctimas del paro, algunos de ellos ocasionales pero frecuentes visitantes, como tantos ciudadanos, de la acampada de los indignados en la Puerta del Sol. Eran gentes nacidas en los años setenta y ochenta, algunos más jóvenes aún, cuyos puntos de vista no divergían mucho de los de la generación de sus padres y coincidían en una expresión de simpatía hacia el movimiento del 15-M, por más que algunos se sintieran molestos por la invasión de la vía pública.
Todo ello me sirvió para comprobar la existencia de un creciente malestar que no conoce fronteras ideológicas, generacionales ni de clase social. Puede pensarse que cuanto nos sucede se resume en la profundidad de la recesión económica y la atribulada gestión de la misma. En muchos países europeos, los Gobiernos y los partidos que les sustentan vienen siendo contundentemente desalojados del poder central o local por los electores, en busca de una alternativa posible que mejore la vida de los ciudadanos. Pero la crisis no es solo económica, aunque sus efectos sobre el aumento del paro y el descenso de nivel de vida de las gentes sean los más inmediatos y dolorosos, sino también política y de convivencia. Es además sistémica no únicamente en lo financiero, sino que afecta de lleno al modelo de organización social y al desarrollo individual y colectivo de las gentes. El descontento español, griego, islandés o portugués, ahora italiano también, anida con diferentes expresiones en muchas otras latitudes, y en el norte de África y Cercano Oriente comienza a cuajar en guerras civiles larvadas, o no tan larvadas, como las de Libia y Siria. La falta de liderazgo, en ocasiones capaz de afirmarse solo por la fuerza, la resistencia al cambio de quienes ocupan posiciones establecidas y la inflexibilidad de la respuesta frente a un mundo en continua ebullición, no harán sino prolongar la decadencia de una realidad insostenible.
Nos enfrentamos, desde luego, a problemas globales, por lo que las soluciones lo tienen que ser también. Pero la expresión local de unos y otras evidencia las carencias del Estado-nación a la hora de enfrentar estas cuestiones. Eso explica la deriva hacia el populismo de tantos líderes políticos, dispuestos a deslizarse sin mayores cauciones por la senda del proteccionismo comercial, la xenofobia racista y la insolidaridad. El cortoplacismo, atizado por la frecuencia de comicios de todo tipo y las urgencias de las campañas electorales, caracteriza la mayoría de las decisiones de los dirigentes occidentales, que no entienden su incapacidad de competir con algunas sociedades emergentes en las que el calendario —como en el caso de China— corre a diferente velocidad que en el resto del mundo.
Sobresale el distanciamiento entre la clase política y los ciudadanos, no solo en los regímenes dictatoriales o autoritarios, sino en democracias más o menos consolidadas. Los acampados en las plazas protestan contra el sistema sobre todo por haber sido excluidos de él. Están contra los partidos, los sindicatos, los banqueros y… los periódicos, o los medios de comunicación en general. A todos se mide por el mismo rasero, como integrantes de una casta reacia a propiciar los cambios que la gente demanda. A todos se les reprocha ignorar que las nuevas tecnologías de la comunicación han empoderado a los pueblos más que algunas de las instituciones democráticas que rigen la vida de los países. Y en todos los casos aspiran a más participación ante lo que consideran el fracaso de la representación política. Los reclamos de reforma de la ley electoral, o contra la presencia de imputados en las listas, se basan en la percepción, desde mi punto de vista acertada, de que los representantes no nos representan, o lo hacen cada vez menos. No digo esto a la búsqueda de alguna popularidad que no merezco entre los nuevos levantiscos. Hace un cuarto de siglo, en mi libro El tamaño del elefante, escribía: “No es ya el Parlamento el que controla al Gobierno, sino el Gobierno el que controla a la mayoría parlamentaria, la diseña de antemano…. Y de acuerdo con los sondeos electorales, la domestica, la manipula y utiliza… Una reforma de todo el sistema de representación política en España es necesaria si se quiere que la democracia avanzada que la Constitución define se haga efectivamente realidad”. A partir de aquella fecha, los problemas no han hecho sino empeorar en ese terreno. Ahora se ven agudizados por la profundidad de la crisis, la destrucción de empleo, la falta de horizonte de las nuevas generaciones y la perplejidad e irritación que producen ver a los dirigentes políticos disputarse el poder por el poder, reproduciendo promesas que nunca se cumplen y rindiendo tributo a una demagogia persistente e inútil.
Algunos comparan las revueltas juveniles de ahora con los acontecimientos de Mayo del 68. La escenografía es en parte similar, con esas chicas ofreciendo flores a los robocops policiales, remedando imágenes de una época en la que los manifestantes entonaban el haz el amor y no la guerra. Pero pese a la idílica utopía del movimiento hippie,Mayo del 68 acabó siendo violento, y mayo del 2011 apenas lo ha sido. Las revoluciones han perdido prestigio y habrá que esperar a ver en qué desembocan los acontecimientos del norte de África para saber si son capaces de recuperarlo. En el entretanto, conviene no desdeñar el significado de las protestas. No es solo la representación política lo que está en entredicho, sino un entramado institucional anquilosado y clientelista que sume a los ciudadanos en la desesperanza y el desasosiego.
Por lo mismo, hace años que deberíamos haber encarado una reforma constitucional que actualizara la gobernación de este país. Una reforma capaz de instaurar un Estado federal moderno, culminando y corrigiendo el proceso de las autonomías, que cuestione la provincia como distrito electoral y establezca las prioridades para las próximas generaciones de españoles. Un programa así exige no solo un liderazgo del que hoy carecemos, sino una voluntad de acuerdo en la política que permita abordar también, de manera urgente y eficaz, la reforma del sistema financiero y la modernización de las relaciones laborales, sin lo que será imposible dinamizar la economía y generar puestos de trabajo. Pero mientras el país confronta la amenaza de ruina, se desvanece la cohesión territorial y aumentan los conflictos sociales. La pérdida de confianza en la gestión del actual presidente del Gobierno es clamorosa dentro y fuera de España. Es imposible suponer que de una legislatura como la que hemos padecido se derive ya ninguna de las soluciones que los ciudadanos reclaman. El deterioro preocupante del partido en el poder amenaza con desequilibrar el futuro inmediato de nuestras instituciones políticas. Y aunque su recién estrenado candidato ha procurado, con éxito inicial, devolverle la esperanza, no es imaginable que acuda a los próximos comicios sin un congreso previo que restaure su maltrecho liderazgo y diseñe un proyecto que le permita recuperar al electorado y elaborar los pactos que el futuro demanda. Para que todo eso suceda, José Luis Rodríguez Zapatero debe de una vez por todas abandonar su patológico optimismo y renunciar al juego de las adivinanzas. Los titubeos, las dudas y los aplazamientos a que nos tiene acostumbrados son la peor de las recetas para una situación que reclama medidas de urgencia. Su deber moral es anunciar cuanto antes un calendario creíble para el proceso electoral. Solo así podrán los españoles soportar la levedad del ser. 

1 comentario:

  1. Este análisis es personal, aunque a muchas personas les resulte chocante y conflictivo, existe mucha gente que piensa de la misma manera.
    Yo me reservo mi opinión personal, pero creo que existen muchos puntos interesantisimos en este artículo, como la manipulación del 15M, todos sabiamos que incluso siendo un movimiento espontaneo (cosa que mucha gente duda, como la escritora de este artículo nomoriridiota.blogspot.com)muchos sectores iban a intentar manipularlo en su propio beneficio y la declaración de la ONU es un buen ejemplo de ello.
    Saludos desde REDPILL1984.BLOGSPOT.COM

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