60.000 personas recorren la principal arteria de la capital murciana en un clamoroso silencio sólo roto por los sones del "Réquiem" de Mozart.
Histórica manifestación de protesta contra los recortes del Gobierno murciano
La séptima protesta contra los recortes sociales y laborales del Gobierno murciano desborda todas las previsiones y reúne en Murcia a decenas de miles de personas llegadas desde todos los puntos de la Región para expresar su indignación ante la ley de Medidas Extraordinarias.
Por espacio de dos horas, la Gran Vía y la Avenida Teniente Flomesta, hasta la céntrica Plaza de la Cruz Roja de la capital murciana permanecieron colapsadas, no cabía un alma, y habría que remontarse a actos como la gran manifestación de repulsa contra el intento de golpe de estado del 23 de febrero de 1981, la manifestación pro los atentados del 11-M o contra la Guerra de Irak para establecer algún paralelismo con lo vivido ayer en Murcia. Pero esta vez la manifestación era contra otro golpe: el perpetrado por el Gobierno regional que preside el "popular" Ramón Luis Valcárcel contra los derechos laborales, sociales y de representación de más de 55.000 empleados públicos...
Desde primeras horas de la tarde, miles de personas empezaron a acudir la Plaza de la Fuensanta, lugar desde el que han salido la seis anteriores manifestaciones, convocadas por los ocho sindicatos con representación en el sector público regional: CCOO, UGT, STER-Intersindical, CSIF, ANPE, SATSE, SAE y SIDI. Los convocados acudían de riguroso negro y portando velas, tal y como había indicado las organizaciones convocantes. Sólo una pancarta con el lema "Los servicios públicos son de todos", ni un cartel, ni una bandera; un par de ataúdes negros con lemas alusivos al entierro de la sanidad, de la educación y de los servicios públicos seguían a la cabeza de la manifestación.
La manifestación salía pasadas las 18.30 y una vez que se incorporaron a la pancarta los dirigentes sindicales regionales de las ocho organizaciones convocantes, que acaban de finalizar la reunión con el presidente de la Comunidad, quien los había citado para esa misma tarde, a las 16.30 en la sede del gobierno regional. Junto a los líderes regionales de CCOO y UGT estaban dirigentes de las confederaciones sindicales de ambos sindicatos: Antonio del Campo, secretario confederal de Organización de CCOO, Jordi Ribó, secretario confederal de Economía Social y Autoempleo, Julio Lacuerda, secretario general de la Federación de Servicios Públicos de UGT y los secretarios generales de las federaciones estatales de Sanidad y Servicios a la Ciudadanía de CCOO, Antonio Cabrera y Enrique Fossoul, respectivamente.
Una vez incorporado a la manifestación, el secretario general de CCOO, Daniel Bueno, preguntado por el resultado de la reunión mantenida con el jefe del Ejecutivo murciano aseguró que se había llegado a "un principio" de diálogo con el presidente del Gobierno regional, que suponía "la recuperación" del mismo, roto desde diciembre, intentando, acentuó, "que esta ley no afecte a los empleados públicos de la Región".
Y es que, recordó, el jefe del Ejecutivo "ha dicho que la ley es revisable en todo su contenido y, por lo tanto, vamos a formular la propuesta para proceder a esa revisión". Se trata, advirtió, "de un logro de las movilizaciones de los miles de trabajadores el que el presidente nos haya recibido y se muestre dispuesto a establecer un diálogo, aunque condicionado, y revisar su contenido".
"Vamos a intentar ese proceso y en una semana o diez días sabremos si el proceso de negociación camina o no positivamente", insistió Bueno.
Silencio, Réquiem y velas
Los manifestantes discurrieron a lo largo de la Gran Vía acompañados por el "Réquiem" de Mozart, que en ningún momento dejó de sonar, e iluminados por miles de velas que portaban adornadas con pegatinas de las diferentes organizaciones sindicales o textos alusivos a las medidas de recorte. Al llegar a la altura del número 9, donde se encuentra el domicilio del presidente, custodiado por un fuerte cordón policial, los manifestantes pararon durante un minuto, rodeados por el propio servicio de orden de la manifestación, y levantaron sus manos hacia el cielo al tiempo que los acorde del "Réquiem" aumentaban en intensidad. Ni un insulto, ni un huevo, ni un petardo.
La estrategia de descalificación, amedrantamiento y criminalización hacia los empleados públicos desplegada desde las filas populares a raíz de la agresión sufrida por el consejero de Cultura y Turismo, Pedro Alberto Cruz, no ha dado resultado, todo lo contrario; "Aquí estamos, nosotros no pegamos" intentó corear un grupo de personas.
La manifestación continúo hasta el Puente Viejo, Plaza Martínez Tornel, en ese momento, los portadores de la pancarta se dieron la vuelta hacia los manifestantes y elevaron la misma para que todos pudieran leer su contenido; imposible, aún había miles de personas que no había ni siquiera salir del punto de partida.
La Plaza de la Cruz Roja fue el final de la manifestación. Los asistentes comenzaron a depositar las velas sobre los féretros y alrededor de los mismos, miles de velas. El "Requiem" continúo sonando por espacio de una hora más.
Los asistentes se citaron para la próxima: "Así hasta la rectificación"
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