Años y años de inversiones sanitarias pagadas con nuestros impuestos para mejorar
nuestra calidad y la cantidad de vida para que ahora nos digan que vivimos demasiado y por eso tenemos que aumentar la vida laboral sin que se comprometan a asegurarnos ni tan siquiera un trabajo de seis meses y digno. Hoy ha estado muy bien las cortas pero intensas declaraciones del líder de UGT Cándido Méndez que ha venido a decir a los privilegiados diputados “que ellos representan la soberanía de todos los ciudadanos de este país” haciendo referencia al tema de las pensiones en un aviso para navegantes a que su decisión puede (y va a) perjudicar a toda la población.
Pero ya lo ven, les da lo mismo, resulta que PSOE y PP se ponen de acuerdo (junto con CIU, PNV y Coalición Canaria) en aumentar el computo de las mismas perjudicándonos en su remuneración que nos llevaremos cuando nos dejen llegar si llegamos, a esta edad dorada. Pero quien nos dice esto, pues trabajadores con un sueldazo, con privilegios jamás soñados por el resto de los ciudadanos que para cobrar su pensión de jubilación necesitan solo 7 u 8 años mientras nosotros tenemos que doblar el lomo durante 35 años en una falta de desvergüenza sin precedentes. La casta política vuelve a enseñarnos los colmillos a nosotros, como culpables en una sentencia sin juicio previo aumentando día a día este sumario mentiroso que nos imputan con su total falta de escrúpulos mirándonos desde sus púlpitos llamados escaños o concejalías o como las quieran ustedes llamar, a modo de parapeto defensivo de sus privilegios. No hay lugar a dudas que cada vez les tengo más asco a estos convidados que nos hacen la vida imposible adornado con su verborrea insufrible y justificativa sus altos e insultantes salarios.
El juego es claro, no quieren que cobremos las pensiones y para ello este viaje imparable que nos ira comiendo años de vida (al merme como diría aquel) hasta acercarnos lo más posible a la muerte reduciendo de esta manera el déficit de estado o teniendo más dinero que repartirse de esa gran tarta hecha de dinero público.
¿Quién quiere políticos? Yo desde luego que no, pero a ninguno, que se marchen todos y nos dejen en paz, saldremos ganando.
Fuente: Tiempos Modernos
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