Dominique Strauss-Kahn, Director ejecutivo del FMI, dijo el pasado mes de mayo que ¨la crisis es una oportunidad¨, y pidió ¨una nueva moneda global emitida por un banco central global bien gestionado y con unas características institucionales sólidas¨, y que el ¨banco central global pudiera también actuar como prestamista en último recurso¨. No obstante, añadió ¨me temo que todavía estamos muy lejos de ese nivel de colaboración global¨. Pero quizá no estemos tan lejos de lo que podría parecer...
La noción de un gobierno global ha seguido un proceso evolutivo que ha contado con el apoyo creciente de los principales actores e instituciones económicas y políticas para desarrollar las estructuras de poder necesarias de un gobierno global. En el mundo moderno, el gobierno global es una maraña de organizaciones internacionales, grupos de expertos, corporaciones multinacionales, naciones, ONG´s, fundaciones filantrópicas, alianzas militares, agencias de inteligencia, bancos y grupos de interés. La Globalización – un término que se popularizó a finales de los años ochenta para definir la extensión global de las corporaciones multinacionales – ha sido la base ideológica e institucional más importante de este proceso. La integración social, económica y política no siguen la misma pauta, y la integración económica y la gobernanza a nivel global han precedido y continuarán por delante de otros sectores relacionados con las relaciones sociales en cuanto al ritmo y el grado de integración. En otras palabras, la gobernanza económica global determinará la siguiente etapa de gobernanza política y social.
El proceso de globalización ha afianzado un sistema económico globalmente integrado, y ahora la crisis económica global está facilitando la implantación de la gobernanza económica global: para crear los mecanismos económicos de un gobierno global, incluyendo un banco central global y una moneda global. Este proceso se acelera exponencialmente a través de las crisis financieras que crean la necesidad, el deseo, la urgencia y los medios de establecer una estructura de gobernanza económica global, supuestamente con la pretensión de ¨prevenir las crisis económicas¨ y ¨mantener¨ la economía global.
En el año 2000, Paul Volcker, ex director de la Reserva Federal, dijo:¨Si vamos a tener una verdadera economía global, tiene sentido tener una moneda única¨, y un ejecutivo del Banco Central Europeo admitió que ¨algún día podremos tener una moneda única¨, como ¨un paso hacia el ideal de un mundo totalmente integrado¨. En 1998, Jeffrey Garten, ex Subsecretario de Comercio de la Administración Clinton para el Comercio Internacional, ex director ejecutivo de Lehman Brothers y miembro del Consejo de Relaciones Exteriores, escribió un artículo para el New York Times en el que pedía la creación de una ¨Fed global¨ y dijo que ¨el mundo necesita una institución para controlar el timón de la economía en tiempos de tormenta. Necesita un banco central global¨.
Gordon Brown, como Primer Ministro, en octubre de 2008 pidió ¨un nuevo Betton Woods – para construir la arquitectura financiera internacional para los próximos años¨, y que él quería ¨ver al FMI reformarse y convertirse en un `banco central global´, para supervisar de cerca la economía internacional y el sistema financiero¨. Ese mismo mes Gordon Brown escribió en el Washington Post que el `nuevo Bretton Woods´ debería avanzar hacia la ¨gobernanza global¨. Ese mismo mes, se reunieron en Washington D.C. los banqueros centrales de todo el mundo, y la cuestión más importante a tratar fue ¨si era el momento de crear un `policía´ económico global para evitar que el crac de 2008 no pudiera volver a repetirse¨, y que cualquier organización con el poder de supervisar la economía global debería incluir a representantes de los principales países – unas Naciones Unidas de la reglamentación económica. Un ex gobernador del Banco de Inglaterra dijo que la respuesta estaba en el Banco de Pagos Internacionales, el banco central de los bancos centrales del mundo, que comparados con el FMI ¨es más independiente y está mejor situado para realizar esta labor si se le diera el poder para hacerlo¨.
En septiembre de 2010, Dominique Strauss-Kahn, Director Gerente del FMI, dijo que Estados Unidos y Europa atraviesan la peor crisis de empleo desde la Gran Depresión, y se enfrentan a una explosión de descontento social. En la cumbre de la Federación Internacional del Trabajo, Strauss-Kahn afirmó que la situación del mercado de trabajo es desesperada y el alto nivel de desempleo de larga duración representa un riesgo para la estabilidad de las democracias. Olivier Blanchard, responsable de economía del FMI, dijo que el nivel de desempleo de larga duración es alarmante y la mitad de los desempleados de los EEUU llevan más de seis meses sin trabajo, algo que no se ha visto desde la Gran Depresión.
Herman von Rompuy se convirtió en Presidente de la Unión Europea en 2009, un nuevo cargo creado por el Tratado de Lisboa aprobado el mismo año. Rompuy fue elegido como presidente tras asistir a una reunión del Grupo Bilderberg. Poco después de su elección, Von Rompuy pronunció un discurso en el que declaró que 2009 fue el primer año de gobernanza mundial.
Conclusión
De este modo, mientras las instituciones y organizaciones de gobernanza global siguen asumiendo más poder y ampliando su control y autoridad sobre el mundo, los ciudadanos del mundo deben tomar conciencia de este proceso y tratar de paralizarlo e impedir que siga adelante. Los ciudadanos estarían incluso peor representados por un gobierno global de lo que lo están en la actualidad, a través de sus gobiernos nacionales. Las instituciones de gobernanza global no tienen que rendir cuentas a la gente y son totalmente antidemocráticas e intrínsecamente totalitarias. Gideon Rachman escribió en el Financial Times, en diciembre de 2008, ¨por primera vez en mi vida creo que la formación de un gobierno global es probable¨, mientras exponía la necesidad de un gobierno global siguiendo el modelo de la Unión Europea ¨haciéndose global¨, y analizaba que las dificultades del proceso hacia un gobierno global serían similares a las que ha tenido la construcción de la Unión Europea. Cuando intervienen los ciudadanos el proceso de integración se frena o se rechaza, y que ¨el avance de la Unión Europea ha sido más rápido cuando los acuerdos los toman los políticos y los tecnócratas – sin referencia directa a los votantes. La gobernanza global tiende a ser efectiva sólo cuando es anti democrática¨. En otras palabras, la gobernanza global implica el fin de la democracia.
Esto significa que los ciudadanos pueden impedir que este proceso siga adelante, pero sólo si se involucran directamente en rechazarlo. Para lograrlo, los movimientos sociales deben dejar de legitimar estas instituciones y organizaciones internacionales, y de quejarse solamente de no poder participar en los debates, exigiendo su desmantelamiento total para poder así lograr nuevos acuerdos de gobernanza – políticos, económicos y sociales – que representen verdaderamente a los pueblos frente al poder establecido. Lo cual no es una tarea sencilla, sino el reto más grande e importante al que jamás se haya enfrentado la humanidad. Y resulta necesario que la gente no pierda su tiempo, ni malgaste sus votos, sus opiniones o sus ideas, trabajando juntos para fomentar un cambio verdaderamente progresista y humanitario. Todavía hay esperanza para la humanidad, pero mientras permitamos que los poderosos acumulen más poder, no podemos esperar que las cosas mejoren para la mayoría. Debemos hacer uso de nuestras libertades para luchar por mantenerlas. Podemos elegir entre pensar libremente y dirigir el curso de nuestras propias vidas o ser esclavos de los banqueros.
Fuente: www.estrategumtrading.com
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